¡Stop colillas!

Las colillas son el principal residuo recogido en el medio ambiente, con millones de kilos diseminados por todo el planeta. Estos desechos de los cigarros tardan décadas en desaparecer y contaminan los mares, dañan la biodiversidad y provocan incendios forestales. Los filtros están hechos de acetato de celulosa, un material no biodegradable cuyo efecto contaminante puede durar décadas. Así lo denuncian diversos estudios e iniciativas que tratan de concienciar sobre su impacto y hacerle frente.

El mejor residuo es el que no se produce. En el caso de las colillas, dejar de fumar, además de salvar vidas, evita daños en el medio ambiente. Si no se abandona dicho hábito, resulta esencial no arrojar las colillas en el entorno, ya sea natural o urbano, ni tampoco en el inodoro.

En España, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo calcula que se fuman unos 89 millones de cigarros al día, lo que supone 32.455 millones de filtros desechados anualmente.

Las acciones preventivas, como la distribución gratuita de ceniceros de mano y las campañas de concienciación ciudadana, son también fundamentales. Algunas ciudades han recurrido a acciones punitivas, pero las iniciativas empresariales y de voluntariado también pueden ayudar.

La compañía internacional TerraCycle transforma residuos de cigarrillos en diversos materiales y productos como fertilizantes, papel reciclado, pallets o embalajes. Empresas como Green Butts, que comercializa filtros con materiales biodegradables, o EcoTech Displays, que trabaja en un sistema para reciclar colillas en aislantes, ropa e, incluso, joyería son también referentes en la lucha contra esta lacra. Sin embargo, el hecho de que haya empresas capaces de reciclar los desechos de los cigarros no debe de inducir a error al ciudadano y animarle a tirar las colillas en el medio ambiente.

Uno de los residuos más contaminantes de los océanos son las colillas, que aparece en primera posición por delante de las bolsas, botellas de plástico o fragmentos de poliestireno. Una sola colilla puede arruinar hasta ocho litros de agua. Representan el mayor número de los residuos que los voluntarios recogen de las playas del mundo durante las campañas de limpieza por la conservación de los océanos.

Las colillas son arrastradas por la lluvia, llegan al sistema de saneamiento, donde entran en contacto con el agua y liberan sustancias químicas. Debido a su reducido tamaño traspasan los filtros de las depuradoras, alcanzan los cursos fluviales y el océano, donde pájaros, peces y otros animales pueden ingerirlos y morir al no digerirlos.

stop colillas

Surfrider Foundation es una ONG internacional creada por surfistas para la protección de los océanos, ríos y lagos que recoge basura marina mediante su programa Ocean Iniciatives. Grupos de voluntarios de sus delegaciones locales llevan proyectos en toda Europa con el fin de reducir el impacto ambiental de los residuos de los cigarrillos.

En Barcelona, donde se calcula que se desechan más de seis millones de colillas al día, trabaja la startup solidaria Deriva 360. Su labor se centra en concienciar con acciones diarias en las redes sociales, universidades y escuelas sobre campañas de recogida de colillas consiguiendo alianzas con partners estratégicos como el movimiento No más colillas al suelo o la Agencia de Residuos de Cataluña para, finalmente, reutilizarlas y transformarlas en objetos de diseño de manera sostenible.