Intercambio generacional. Un aprendizaje mutuo

Es harto frecuente en nuestra sociedad, quizás por nuestro estilo de vida donde predomina la adoración a la juventud como un valor en sí misma, que orillemos a aquellas personas que alcanzan una cierta edad. Minusvaloramos el valor de la experiencia y la importancia vital para la sociedad de aprovechar los conocimientos de aquellos que han vivido antes que nosotros. Y en un aspecto más personal olvidamos que el vínculo abuelo-nieto, anciano-niño es fundamental para formar personas, caracteres y dar a las vivencias de los mayores el valioso lugar que ocupan en la formación de los más pequeños.

Y ello a pesar de que los beneficios de las experiencias de intercambio generacional son incontables. Además de mejorar sensiblemente la calidad de vida de las personas mayores, esta relación refuerza la confianza de los niños y su capacidad para desarrollar la empatía, así como fomenta los vínculos afectivos.

La memoria de los mayores, el estado de ánimo e, incluso, su condición física mejoran al relacionarse frecuentemente con los niños. Les ayuda también a sentirse útiles de nuevo, puesto que transmiten enseñanzas, contribuyen a su formación y aumenta su sociabilidad, ya que en muchos casos llevan vidas solitarias.

Iniciativas en marcha

Ante todos estos beneficios, instituciones como las residencias de mayores Amavir organizan actividades conjuntas en las que niños y mayores comparten juegos, manualidades y actividades al aire libre. Sus residentes esperan con ilusión la llegada de los pequeños con los que crean lazos de amistad, aprenden y hasta se sienten más jóvenes. Según constatan los psicólogos de estos centros, las personas mayores implicadas en actividades intergeneracionales se sienten más felices que otros de su misma edad, aumenta su concentración, su capacidad de atención y hasta se alivian sus dolencias.

intercambio generacional

También los Centros Sociosanitarios Los Nogales han decidido llevar a cabo este tipo de actividades entre niños y personas mayores en sus residencias y centros de día. Así, organizan recitales de villancicos navideños, desfiles de disfraces en Carnaval, representaciones teatrales o recitales de poesía, entre otros.

Por su parte, la Residencia San José de Valencia, se suma a esta lista con experiencias de intercambio generacional con niños de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años en las que se realizan todo tipo de actividades, desde manualidades hasta baile, pasando por recitales de canto y representaciones teatrales.

Residencias con guardería, una nueva tendencia

Actualmente, está surgiendo otra vía de realizar estas experiencias de intercambio generacional de forma más directa: residencias con guardería. Esta idea tiene su origen en Estados Unidos y acaba de llegar a España.

Orpea Meco, en Madrid, es la residencia de mayores pionera en España en incorporar una guardería. Sus instalaciones, además de salas de rehabilitación, comedores y zonas comunes, incluyen espacios para los más pequeños, con parque infantil. De este modo, el centro realiza una doble labor: por un lado, ofrece sus instalaciones para acoger a los niños, facilitando incluso la conciliación para las familias y, por otro, fomenta relaciones de abuelos y nietos, aunque no exista consanguineidad.

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Adopta un abuelo

Merece también destacarse una original iniciativa que propone un intercambio generacional entre jóvenes y mayores a través de la página web www.adoptaunabuelo.org. En este caso, se trata de poner en contacto a los usuarios más jóvenes con personas mayores que se sienten solas o simplemente buscan a alguien con quien hablar.

Adopta un abuelo se encarga de asignar cada joven voluntario a un compañero de avanzada edad con el que compartir experiencias como talleres de punto, brunchs, afterworks y otras actividades en las que los jóvenes aprenden de la experiencia de sus mayores.