Café pendiente

«Un café pendiente, por favor…»

¿Quién iba a imaginar que un gesto tan cotidiano como pedir un café pudiera convertirse en un acto solidario? Gracias a la iniciativa “café pendiente”, ahora es posible.

Desde hace unos años, se ha extendido en muchas cafeterías y restaurantes esta práctica altruista que consiste en dejar un “café pendiente”, es decir, pagar un café por adelantado que se reserva para una persona que no se lo puede permitir. Así, muchas cafeterías ofrecen la posibilidad de empezar el día con un acto desinteresado, que permite que muchas personas sin recursos puedan solicitar este servicio con total discreción. De hecho, muchos clientes además de dejar pagado un café, dejan bocadillos pendientes, pinchos, bollería o cualquier otro alimento.

En España, unas 200 cafeterías cuentan con este servicio solidario que se ha extendido rápidamente en los últimos años. Los establecimientos que realizan esta práctica indican a sus clientes la posibilidad de dejar un café pagado mediante un distintivo propio situado en la puerta del local, que a la vez invita a solicitarlo a todas las personas que lo necesiten.

Esta tradición italiana del café pendiente (caffè sospeso) tiene su origen en la Nápoles del siglo XVII. Por lo visto, cuando un cliente estaba celebrando un acontecimiento especial, dejaba un café pagado para cualquier persona que lo solicitara. De este modo, se generaba una cadena de cafés pendientes en la que un cliente dejaba pagado un café para quien llegase al establecimiento después de él.

Café pendiente

Hoy en día, esta costumbre se ha extendido por toda Europa, además de Estados Unidos, América Latina y Canadá, donde un cliente llegó a pagar hasta 500 cafés pendientes. En algunos países como Chile o Argentina, esta práctica ha cogido impulso a través de las redes sociales, animando así a más restaurantes y clientes a participar en este acto solidario. En España, esta práctica se inició en el conocido Café Comercial, uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, y poco a poco se ha ido extendiendo por las cafeterías de todo el país.

Esta iniciativa también ha cogido impulso gracias al documental de Netflix  que recibe el mismo nombre “Coffee for all”, en el que se relatan varias historias relacionadas con el café pendiente, que tienen lugar en escenarios tan dispares como Nueva York, Buenos Aires y la propia Nápoles, donde se originó esta costumbre. Esto tiene una explicación y es que se trata de una coproducción realizada en Argentina, Italia y Estados Unidos, que nos habla de las distintas tradiciones de cada país relacionadas con la cultura del café y de la importancia de los actos solidarios en nuestra sociedad hoy en día.